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Salvapatrias de todos los colores

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Pensando más en los tiempos actuales que en la Guerra Fría (perdón a los historiadores), se me ocurre una simplificación esclarecedora que quiero compartir con los lectores de este blog. ¿Y si la tendencia de los militares a entrar en política se estuviera viendo desplazada por que sean los millonarios quienes tomen las riendas del poder político?

Si desarrollo mi simplificación, resultará que los líderes políticos los podemos clasificar en:
– Militares
– Estrellas mediáticas
– Revolucionarios
– Gente del aparato político con poco carisma (un apparátchik en toda regla)

Al primer grupo podemos adscribir a Franco, De Gaulle, el mismo Churchill, el presidente Eisenhower y otros más. Militares que renuncian a obedecer las instrucciones que emanan del poder político y se embarcan en liberar a la patria de la corrupción en la que ha caído (a su juicio) la clase política.
Al segundo grupo, adscribiremos a periodistas y comunicadores que salieron del negocio publicitario, de la academia o del show business porque se consideraban mejores gobernantes que aquellos a quienes tuvieron ocasión de criticar por su alejamiento de los problemas de la ciudadanía. Ejemplos: Pablo Iglesias, Beppe Grillo, Ronald Reagan, etc.

En el tercer grupo podemos incluir a los que se han metido en la lucha por móviles políticos. Su motivación es cambiar el mundo (su mundo) para hacerlo mejor, más justo, más… Lenin, Stalin, Mao, Hitler y otros encajarían en esta categoría.

Los últimos suelen ser gente con poco carisma, que estaban en el lugar adecuado y en el momento oportuno cuando alguien con poder pensó en ellos como sucesor meritorio. Al abrir esta categoría, me vienen a la cabeza nombres como Mariano Rajoy, Susana Díaz, Teresa May, Truman, Putin.

Aunque no son categorías estancas, las personalidades de estos dirigentes se entienden mucho mejor si comprendemos sus motivaciones principales. Aunque Stalin era un revolucionario de pies a cabeza, podría ser considerado un apparátchik que se encontraba cerca del padre de la revolución soviética cuando estaba a punto de fallecer (aunque, según parece, Lenin se arrepintió del impulso que había dado a la carrera de Stalin).

Ahora aparece una nueva categoría, la de los ricos salvapatrias. Se trata de gente pudiente, auténticos triunfadores sociales, que se proponen canalizar el descontento de las clases populares para restituir los valores tradicionales (o innovadores) que la patria ha dejado caer en el olvido. Por supuesto Donald Trump entraría por la puerta grande en esta categoría, pero podemos añadir otros nombres como: Silvio Berlusconi, Piotr Poroshenko, Sebastián Piñera.

Tal vez sean menos conocidos, pero no he considerado incorporar a los que utilizaron su carrera política para amasar una fortuna. En ese caso, la lista podría engrosarse con nombres como: Jordi Pujol, Bettino Craxi, Idi Amin, Kim Jong-un o el propio Castro.

¿Será que la Guerra Fría ha dejado claro que el dinero es mucho más importante que los ideales a la hora de gobernar? Ahí lo dejo.

@Salenko1960

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Bob Dylan

bob_dylan_june_23_1978

A día de hoy, he tenido conocimiento de que Bob Dylan no irá a recoger el premio Nobel porque le coincide con otros compromisos. Supongo que esta actitud despectiva reafirma su imagen de “enfant terrible” que forjó en los años 60 y 70. Su obra musical es indiscutible pero, para mi gusto, hay mejores músicos, mejores poetas y mejores escritores que han producido letras de canciones con mayor trascendencia durante la Guerra Fría.

Como homenaje para sus fervientes seguidores, aquí os dejo tres ejemplos que encajan con mis gustos musicales: “Blowin’ in the wind” (soplando en el viento), “The times they are a­changing” (los tiempos están cambiando) y “Man gave names to all the animals” (el hombre dio nombre a todos los animales).

Blowin’ in the wind

The times they are a­changing

Man Give names…

@salenko1960

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Por qué escribir sobre la Guerra Fría

reagan_and_gorbachev_signingLa Guerra Fría (en adelante, GF) es el periodo más apasionante de los últimos tiempos que se puede estudiar con cierta perspectiva objetiva desde un punto de vista psicológico. Abarca desde el fin de la segunda guerra mundial (1945) hasta el derrumbamiento de la Unión Soviética (1991). Estos casi 50 años de historia se pueden empezar a estudiar con más fundamento a medida que se van desclasificando los documentos secretos custodiados por los Gobiernos actuales. Para la llamada Generación baby boom (que, en el momento de escribir estas líneas, ronda la cincuentena de años), a la que yo pertenezco, constituye el fenómeno histórico más influyente; junto con la segunda Guerra Mundial. Somos la generación que creció bajo la amenaza de un Holocausto Nuclear.

La trascendencia de ese periodo abarca desde la declaración Schuman-Monnet, que dio origen a la actual Unión Europea (UE), hasta el Brexit o la reciente elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. Muchas de las ideas políticas que están en juego en los medios de comunicación se fraguan durante esa etapa. Aunque haya otras que no, su relevancia debe ser considerada a medida que se ponga de manifiesto su trascendencia en la vida de las personas. Y pese a que el fenómeno global de Internet queda fuera de ese periodo, sus orígenes están incluidos en él.

Durante estos 50 años, lo mejor y lo peor de la humanidad se expresó en la manera de vivir y, especialmente, en la manera de dirigir a las personas: ciudadanos, trabajadores y familias convivieron con unos principios que ahora son puestos en cuestión. Ante la actual amenaza de un cambio climático que haga desaparecer a la especie humana, se nos olvida que existe otra -mucho más letal- de hacer de este planeta un lugar inhabitable para todos los animales superiores, mediante un holocausto nuclear.

Precisamente durante la GF se sentaron las bases para plantearse la Conquista Espacial, porque se pensaba en él como la próxima frontera de la humanidad, amén de un objetivo estratégico para poder derrotar al enemigo. Por primera vez en la Historia, nos planteamos científicamente la idea de colonizar otro planeta.

Otras razones para justificar por qué me interesa este periodo como analista provienen de la cultura, las ciencias y el arte; especialmente la música y el cine. Las canciones del reciente premio Nobel Bob Dylan, reflejan las idas y venidas de un mundo convulso. En cuanto a los grandes estadistas implicados en este periodo, debo reconocer que, para un psicólogo del trabajo como yo, es irresistible la idea de estudiar las conductas y las motivaciones de estos grandes personajes que marcaron con sus decisiones los destinos del mundo entero; sus conductas de liderazgo pueden servir para inspirar a los líderes empresariales, especialmente cuando afrontan escenarios convulsos, donde se deben tomar decisiones con información incompleta.

Mucho se ha escrito sobre el fin de las ideologías, pero los grandes problemas asociados al reparto de la riqueza siguen en pie. Las nuevas generaciones afrontan el futuro con muy pocas expectativas de superación, son muchos los que tienen que resignarse a vivir peor que sus padres; los que no se resignan, se agrupan en movimientos sociales de nuevo cuño que evitan como pueden las etiquetas que los asocian a otros movimientos del pasado, porque se considera que ya ha quedado demostrado su fracaso durante esa época.

Más allá de los juicios históricos, me interesa analizar las razones psicológicas y sus raíces culturales (especialmente, la europea) que movieron a las personas del mundo civilizado. En el ámbito de la empresa y las organizaciones, es el periodo inspirador para el movimiento de calidad EFQM (1989), que promueve la colaboración y la participación activa de todos los grupos vinculados al proyecto empresarial (dirección, empleados, proveedores, clientes, administraciones públicas y sociedad en general) para lograr los fines organizativos.

Los lectores que no pertenezcan a mi generación podrán encontrar en estos artículos muchas descripciones comprensivas de estos hechos, así como consideraciones que pueden resultar útiles a quienes deseen tomar las riendas de sus vidas. Lo que yo sostengo es que debemos adoptar una actitud proactiva pero, al mismo tiempo, conviene evitar los errores del pasado y superar los planteamientos estratégicos que nos llevaron a la situación actual.

12 de noviembre de 2016

Alex Mora

@salenko1960

 

 

Generación baby boom: Se usa normalmente para referirse a las personas nacidas durante la explosión de natalidad producida tras el fin de la Segunda Guerra Mundial.

EFQM: Son las siglas en inglés de la Fundación Europea para la Gestión de la Calidad (European Foundation for Quality Management).

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¡Hola mundo!

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Bienvenido a Guerra Fría. Este es un Blog sobre ese periodo conocido como Guerra Fría (1945-1991) que marcó nuestra Historia del Tiempo presente. Espero que disfrutes con sus contenidos. El objetivo que me propongo es entender mejor nuestro mundo actual, a fin de cuentas, se aprende mucho más enseñando que estudiando.

Alex Mora