No me gustan demasiado las películas de espías, pero debo admitir que la Guerra Fría no se explica sin la intervención de los servicios de inteligencia. Esta es una película en la que el espía es un civil sin ninguna preparación, que es reclutado para contactar con un “topo” soviético de muy alto nivel dentro de la Nomenklatura del Kremlin.
Está basado en un personaje real y he detectado pocos cambios respecto de lo que he leído sobre este personaje, por lo que, al valor histórico de la película, se le suma una gran interpretación actoral. En definitiva, un buen trabajo de Amazon Prime que espero siga produciendo películas de contenido histórico.
Para los que no quieran romper el suspense conociendo el final, me centraré en los temas tratados por el guión y dejo a elección del lector, llevar la lectura de este artículo hasta el final.
- El lado humano de los espías
- Puede un civil convertirse en espía
- Cuánto puede aguantar el tipo
- Cuánto apoyo le dará el gobierno que le reclutó
Si no te importan los spoilers vamos a seguir desmenuzando la película.
Aparte del gran trabajo interpretativo, en el que destaco a Greville Wynne (asombrosamente interpretado por Benedict Cumberbatch), Emily Donovan (Rachel Brosnahan) y Oleg Penkovsky (Merab Ninidze). Wynne el personaje principal, es un vendedor británico que se dedica a engatusar a sus clientes, generando con ellos un vínculo personal a través de bromas, cercanía, alcohol y mucha escucha activa. Con ello se gana su confianza y luego les vende lo que tenga previsto. Una especie de “encantador de serpientes” pero con mucho arte y simpatía. En su casa, su comprensiva esposa y su hijo le encuentran cariñoso, atento y dedicado a su trabajo. Vamos, un padre ejemplar de la época -años 50-60, con Jruschov al mando de la URSS- llega a casa tremendamente cansado, pero con suficiente buen humor para atender sus obligaciones.
Del otro lado del Telón de acero, está el coronel Penkovsky, experto en artillería, concienciado del desastre que se avecina si se desata una guerra nuclear, decidido a boicotear la instalación de misiles soviéticos en la Cuba de Castro. Da el paso a colaborar secretamente con los países libres para evitar la catástrofe. Sabe que sus acciones son alta traición a la madre patria por lo que, llegado el caso, deberá estar preparado para una evacuación de Rusia, junto con su esposa e hija, para salvar su vida.
El MI6 y la CIA colaboran para encontrar un contacto, no profesional que, sin despertar sospechas, visite a Penkovsky y saque de la URSS lo que éste les proporcione. Al principio Wynne se niega a colaborar, pero las razones patrióticas le hacen cambiar de opinión, sin poder poner al corriente a su familia. Donovan le propone conocer los mínimos detalles de la misión para que, en caso de caer, no tener nada que confesar.
Para completar la primera cuestión, diré que entre Wynne y Penkovsky surge una química muy fluida porque ambos tienen una vida propia, aparte de su labor como espías. Sus vidas tienen sentido, son ciudadanos ejemplares y exitosos que beben lo justo y no tienen nada de depravados. Lo que les hace distanciarse de la visión amarga, reflejada por el espía Leamas en la película El espía que surgió del frio https://guerrafria.eu/2016/12/13/el-espia-que-surgio-del-frio-spoiler/.
En cuanto a la segunda cuestión, la respuesta es que no, por eso Wynne rechaza de primera mano la misión y, cuando surgen dificultades, tiene que apoyarse en el oficio de Donovan y Penkosky. De la misma opinión es el responsable de la operación por parte del MI6, que pretende eximirle de seguir con la misma, para proteger su integridad y evitar dar explicaciones al bando soviético, por utilizar un civil en una labor propia de la guerra.
El tipo aguanta bastante bien, hasta que descubren a Penkovsky y detienen a Wynne, éste último en el avión que le debía llevar de vuelta a casa -con el último cargamento de documentos supersecretos-. Como era de prever, los soviéticos le someten a inhumanos interrogatorios, pero el empresario no desvela su “tapadera”. Mientras del otro lado, se pide su liberación como ciudadano británico y le ponen en contacto con su mujer que, arrepentida por haber sospechado de que, tras tanto viaje a Moscú se escondía una infidelidad de su cónyuge; le trasmiten el ánimo suficiente para aguantar estoicamente su situación, con la esperanza de que se produzca un final feliz.
En cuanto al tipo de apoyo que les dan, está claro que la CIA se implica al máximo nivel, dejando a Donovan que viaje a Moscú con pasaporte diplomático, para “extraer” de forma segura a Penkovsky y su familia. Mientras el Gobierno británico utiliza otros canales para garantizar la puesta en libertad de Wynne. En ambos casos, sin admitir trama de espionaje alguna. Y es que, las buenas acciones de los servicios secretos, nunca obtienen publicidad. Recuerden que en la película de 2012 Argo, el espía Tony Mendez es condecorado en secreto, pasados varios años de la acción encubierta, por lograr sacar a un grupo de funcionarios del Teherán de Jomeini.
Y es que una guerra no declarada, como lo fue la Guerra Fría, tiene el inconveniente de que las reglas se fijan sobre la marcha, por eso es tan importante que el público sepa lo justo y los gobiernos nieguen las evidencias en todo momento. En este caso podría aplicarse el principio de que es mejor detener al espía que ejecutarle, pero en esta película no aparece un abogado dispuesto a negociar un canje, como pasa en El puente de los espías. https://guerrafria.eu/2017/02/10/el-puente-de-los-espias-aviso-de-spoiler/
@salenko abril 2022