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Notorius 1946 (Encadenados)

¿Acabó la Segunda Guerra Mundial en 1945? Los que sois seguidores de este blog conocéis la continuación del conflicto por otros medios en lo que hoy conocemos como Guerra Fría, pero ¿qué pasó con los nazis? Muchos emigraron a otras latitudes, incluso pasando por España, que era un territorio más o menos amigable para ellos y sus ideas. Otros cruzaron el Atlántico para camuflarse con otra identidad en las repúblicas sudamericanas donde no se les tomaba por asesinos y psicópatas. Esto es lo que nos cuenta Hitchcock en su película.

El mago del misterio emparejó a dos grandes actores de la época para interpretar un romance en Río de Janeiro, adonde llega Alicia Huberman (Ingrid Bergman) acompañada del agente secreto Devlin (Cary Grant). Ella es la hija de un espía nazi condenado en EEUU, él trabaja para desmantelar  la red con la que el espía se relacionó en Brasil.

Aunque no es una profesional del contraespionaje, Alicia accede a infiltrarse utilizando sus armas de mujer, porque Devlin no prioriza su amor frente al trabajo a realizar. Para la moral de la época, Alicia echaba por tierra su reputación personal, pero ella actuaba por patriotismo. Hitchcock sometía al espectador a una tensión moral entre los sentimientos de Alicia y las renuncias que imponía la operación.

La treta de este caso es utilizar a una ciudadana sin vínculos con la Administración para lograr desmantelar una red de conspiradores que amenazan la estabilidad de EEUU. Esta cuestión de utilizar “civiles” motivados por sus convicciones políticas fue reiteradamente utilizada por los dos bandos en la GF.

Alicia facilita el trabajo de Devlin para que descubra las intenciones de los nazis, que básicamente consistían en fabricar una bomba atómica. Lo que pasa es que Alexander Sebastian (Claude Rains) descubre el doble papel de Alicia, se lo cuenta a su madre y deciden eliminar a Alicia envenenándole los cafés. Este asunto del envenenamiento se convirtió en la manera favorita de muchos cineastas para hacer desaparecer a quien convenía, porque las técnicas forenses no estaban lo suficientemente desarrolladas como para levantar sospechas de asesinato.

La iniciativa de Devlin al sospechar que algo iba mal en la operación le lleva a introducirse en la mansión de Alexander, descubrir la situación de Alicia y lograr sacarla de casa en medio de la sorpresa del grupo nazi, que no estaba al corriente de los planes de los Sebastian, lo que deja a Alexander expuesto a ser eliminado por sus superiores.

Pese a no ser uno de los grandes éxitos de Hitchcock, no fue la primera vez que este director británico abordó asuntos de la GF, pero cambiando a los malos. Tras los juicios de Nuremberg, la amenaza nazi pasó a un segundo plano frente a la amenaza de la insurgencia comunista.

@salenko1960                 Septiembre 2017

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Uno, dos, tres


Se trata de una comedia del exitoso Billy Wilder rodada en blanco y negro con el escenario del Berlín dividido entre el este y el oeste justo antes de que se levantara el muro. La comedia tiene un ritmo trepidante y las historias se van entrecruzando a medida que el guión pone de manifiesto una enmarañada urdimbre llena de engaños y falsas interpretaciones, que el espectador puede seguir sin sentirse demasiado confundido por las apariencias.
El papel protagonista está representado por «Mac» MacNamara (James Cagney), un ambicioso ejecutivo de la multinacional Coca Cola que aspira a ser el representante máximo de la compañía en Europa, para lo cual negocia la introducción del famoso refresco en los dominios de la Unión Soviética. Su forma de dirigir el negocio es lo que da título a la película, dado que siempre está realizando listas de tareas que dicta a sus esforzados colaboradores: “uno, dos, tres, …”.

Los engaños se suceden a medida que van apareciendo nuevos personajes, desembocando en una escena, en la sala de reuniones de Coca Cola-Berlín, donde se disfraza a un convencido comunista en un prometedor ingeniero capitalista proveniente de familia aristocrática, convirtiéndolo en el candidato ideal para emparentarse con la aventurera hija del presidente de la compañía.
Finalmente, el engaño va mucho más allá de las pretensiones del protagonista y, en vez de ascender al puesto ambicionado, se tendrá que conformar con un puesto más acorde con las expectativas de su esposa, con lo cual salva su matrimonio (el máximo puesto europeo le será ofrecido al yerno transformado, que tan buena impresión ha causado al presidente). Es el primer ejemplo cinematográfico que conozco del principio de Peter, una obra de gran repercusión en los años 70 que describe lo que pasa con los ejecutivos de una gran corporación cuando llegan a su nivel de incompetencia: en este caso, le premian con lo que Peter definió como un “arabesco lateral”.

La lista incompleta de engaños que se tratan en la película alcanza los siguientes tópicos: los nazis democratizados, las clases de alemán con la secretaria, el trato con los rusos, la falsa Coca Cola, el ansiado ascenso malogrado por la mala suerte, la hija virtuosa que viaja por Europa, la falsa denuncia del comunista, el marido reconvertido a capitalista, la denuncia entre los antiguos compañeros soviéticos, el engaño al mandamás de Coca Cola, etcétera, etcétera.

@salenko1960