Cuando desaparece un artista todos nos estremecemos, su obra, su figura, todo lo que representaba se marcha para siempre; sin embargo nos queda su obra. La obra de un músico legendario nos acompaña en todos los momentos trascendentales y nos invita a imaginar una realidad mejor que la que tenemos.
El nombre de Johnny Hallyday va unido al desembarco del rock and roll en las emisoras francesas y, posteriormente en el resto de las europeas. No fue solo un imitador de las grandes voces que venían del otro lado del Atlántico, también fue un gran baladista que emocionó a toda una generación de adolescentes, allá por los años sesenta.
Aquí os dejo un video en el que versiona un gran éxito de los Bravos «Black is black» en francés.
Esta otra canción, su preferida, recoge apuntes autobiográficos que nos permiten conocer mejor a este cantante nacido en 1943, en la Francia ocupada por los nazis.
La última es un clásico de la época, una pieza que no podía faltar en cualquier «guateque» que se precie.
@salenko1960
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